jesusa quiros
Jesusa Quirós. Madrid
Jesusa Quirós




TIEMPO EN FUGA

Los cuadros de Jesusa Quiros inducen a la ensoñación o vuelo metafísico en su contemplación. Penetrar en ellos y dejarse llevar por su atmósfera es entrar en un tiempo en fuga, intemporal y sutil, como ver una puesta de sol en cabo Sunion, pasear por Bomarzo, Villa Adriana o el jardín de la especulación cósmica; como leer a Homero, el cantar de los cantares o escuchar la canción de loto de Kumi, porque la belleza es "algo que atrae al alma".

Su pintura, como los manuscritos iluminados, canta en rosa y oro, y se viste de zafiro, lapislázuli o majorelle, azul cían, azurita o simple azur, doble trinidad que revela su virtud en espejos impalpables. Las transparencias de la luz nos muestran el verde oliva, el verde doncella o esmeralda, el verde jade o arlequín. Los rojos con preferencia de escarlata, amaranto o carmesí. El blanco hueso, blanco cera o caolín, magnoleo blanco, álamo plata o arrayán, y el negro nube o de ceniza, negro azabache, negro gris o negro tulipán. La escasa representación de amarillos se ve en los bodegones, amarillo de piña o de mostaza, ámbar de sol o amarillo champán, flor de mimosa o girasol.

fruta

Los rostros nos ofrecen una mirada oblicua y una carnosidad que incita al tacto, al igual que las frutas de los bodegones; cuerpos y telas de amplia laxitud, todo un fluir de sensaciones que nos transporta a un mundo intemporal, seductor y deseado, por inalcanzable o sin retorno.

La pose, el ademán de las figuras, los gestos, el efecto de abandono o desmayo de las manos, muestran frescor como si corriera el viento por el cuadro haciéndolo liviano. Los ojos, aparentemente estáticos, tienen un mirar de lejanía, de misterio, incitándonos a sumergirnos en el mundo que encierra el personaje, que guarda en si mismo mucho más de lo que muestra.

mano



Hay que resaltar el rastro de carboncillo del boceto que deja visible, a propósito, en el contorno de los ojos o el cabello, dándole una autonomía que acentúa la espontaneidad, así el observador lo siente natural y próximo, hasta poder participar en la escena narrativa, y establecer dialogo con los personajes.

Es significativo, creo, que sólo en una de las sibilas se vea una caída de parpados, a medio camino entre el trance y la realidad. Es como si no quisiera decir intencionadamente, sólo sugerir o incitar, sin provocación. Y la única mirada del hombre, que está en actitud de conquista, tiene como título sacra converzatione, lo que nos acercaría más al amor cortés, donde predomina la entrega, sin petición, búsqueda o exigencia.

La obra de esta artista, que confiesa sentir predilección por la Edad Media, tiene un aura de espiritualidad que se refleja en sus cuadros, donde no hay sexualidad manifiesta, excepto tal vez en la nariz triángulo que se repite, y claramente diríamos una sensualidad que envuelve las figuras, en los detalles y en el conjunto.

La flacidez de las telas, que se perciben blandas en su abandono; las curvas de la floración y ramaje con que las viste; las ondulaciones del cabello, ya sea en rubio, negro o cobrizo; la redondez y curvas de los dedos, en manos y pies; las líneas, deliberadamente imperfectas, en los búcaros de cristal o cerámica de los bodegones; la desnudez de los pechos, los vientres traslúcidos o al descubierto, el agua, … incidiendo así, como ya señalábamos, en la sugerencia, en lugar del mensaje o intencionalidad, pues de este modo las posibilidades se multiplican.

horamagica
Otro guiño de sus gustos clásicos sería el cuadro La hora mágica que me recuerda al San Juan Bautista de Leonardo, al ser la misma mano, el dedo índice y gesto similar, aunque tal vez sea inconsciente, pues dudo de la intención de mensaje a pesar de la ambigüedad del título. La figura no sonríe pero es el único personaje femenino que tiene la faz torcida y la mirada enigmática, aunque este mirar se repita en otros personajes.

Los títulos de las obras son reflejo de manifestación de los opuestos, pasado -presente, clásico-moderno, quietud-libertad (sacra converzatione-fumar es un placer; la sibila-la violonchelista, etc), pero ni el marco ni la historia constriñen al cuadro. Jesusa Quiros demuestra en esta exposición, una vez más, su maestría en el dominio del dibujo, la técnica y el color con un hacer clásico que sorprende en su modernidad.

Scardanelli. (Exposición de Jesusa Quiros. Ra del Rey. Espacio para las artes. Madrid. Octubre 2013) Nota: Scardanelli es el nombre con que firma los textos sobre arte la poeta Encarnación Pisonero. Miembro de la AICA, AECA, y AMCA.







DAMAS ENGAÑOSAS

En reposo, sentadas, desnudas o semidesnudas, con una leve sensualidad o suave erotismo, con insinuación en su rostro impenetrable, muestran una pasividad o quietud - que acentúa el hieratismo de alguna - con la mirada perdida o ensoñada, en un gesto que deja entrever una ambivalencia física y psíquica, que contrasta con esos pechos exuberantes y la desnudez general.

Es como si el sexo estuviera velado, incluso en Las tres Gracias, donde hay un predominio de candor, y la sexualidad está ausente aunque esté manifestada, algo más allá de lo aparente y que a penas se intuye.

En La mirada del otro queda también de manifiesto el hieratismo, y esa mirada muda que ha de adivinarse. El otro aunque próximo no deja de ser universo distinto y la mirada, a través del agua del ojo, que podría ser vehículo de comunicación, aquí tampoco se produce porque los ojos que vemos tienen el agua ausente, como los de un mascarón de proa.

No es casual que el único paisaje sin figura, sea una imagen del mar, casi enmarcado, donde el agua es símbolo de vida, purificación y regeneración a la vez. Es la potencialidad al infinito, dormida, esperando que alguien o algo le despierte y dé vida. Es la dualidad ampliamente significada. Y aunque sea inconsciente, reincide el predominio de agua en una de las caras de Diana en reposo, aunque ahora sea un lago en vez del mar, al igual que en Las tres Gracias.

lastresgracias


Alguna figura tiene cierta torpeza intencionada, que forma parte del ingenuismo que recorre en general estos cuadros. El tratamiento de las manos, por el contrario, son al más puro estilo clásico.

Las transparencias de aguas y telas que permiten ver la carnosidad son membrana interior de cebolla o de cáscara de huevo, piel de uva moscatel próxima a lámina de cuarzo, a vidrio amberina o cristal roca.

despertar


El color que consigue en los cuerpos desnudos, con un blanco entre lino y loto, blanco llama o lila blanca marchita, blanco nardo o pálido narciso, blanco cera, álamo blanco o blanco perla, tul o seda blanca como el blanco algodón, blanco nácar o sal marina que contiene el azul, blanco de mora o uva blanca, blanco ostra o blanco lágrima, dan pálpito a la carne, y todo resumido en un blancor que es luminosidad y vida, que junto a los carmines nos ofrecen el rosa carne doncella.

Jesusa Quirós en un juego de deleite y armonía aporta un saber hacer en clave de clasicismo y modernidad.

Scardanelli. (Exposición de Jesusa Quirós. Ra del Rey. Madrid, noviembre 2011)




Para Jesusa Quirós

Desde "el recuerdo de las doradas horas de estío y los murmullos de un mar de verano", doña Jesusita recorría sus días de infancia cuando iba de vacaciones a la casa de más allá del soto. Aquellos sí que eran buenos días y no esta pesadez de obligaciones y trabajos de adultos que no conducen a ninguna parte, y hacen añorar otros tiempos cuando la vida era sólo un mundo de arcoiris con un color diferente para cada día de la semana, y todos eran hermosos.


viaje de vuelta

Cuando la luz en verano se viste de amarillo hace de adormidera para aquellos que buscan un cobijo de nanas, ya sea luz de llama de las noches heladas, entre chispas de lumbre y ronroneo de gatos que jadean de mimos, o a pleno sol, con la luz que destruye barreras anulando materia. Desde luego es la luz la que cambia de gamas los colores del tiempo mientras el sueño anida y se acuna y pervive.

Y del amarillo del fuego y los azules del mar brotó una teoría de paleta arcoiris y pinceles con magia que aún persiste en sus sueños y le niegan la calma.

El color en la infancia es más aún más intenso que las noches de estrellas con su brillo de plata y persigue imposibles que corona de triunfo sin laurel ni moneda. Y su rojo es pasión para el juego y la vida, entre risas y llanto, cómo niña que es niña y no sabe de vinos, ni de luchas y sangre.

Su equilibrio lo asienta en lograr lo que busca y alcanzar su capricho sin razón matemática, y lo mismo le sirven amarillos que rojos, es decir, amapolas o tal vez violetas.

Y de verde se viste casi todos los días, porque es hoja perenne que despierta a la vida cómo hierba de prado que se siega mil veces y mil veces resurge. Porque el niño no sabe ni de muerte, ni lutos, ni de alas de cuervos, ni siquiera de mosca, y no acepta el fracaso ni el final de los cuentos.

Y entre rojos y azules, amarillos y platas, la odalisca de siempre que ha olvidado el desierto ya se viste de nácar, cornalina y rubíes, y despide el otoño y después el invierno con un canto gozoso. Y se quita los velos y las túnicas deja, y recorre los verdes cómo venus fecunda degustando los frutos de los campos que dieron ya su fruto de flor. Y las flores de mayo se marchitan de pronto y regresa el verano, otro ciclo de nuevo que ha habitado el retablo de toda maravilla, de quien nunca dejó los ensueños de infancia, porque en eso consiste el pintar nuevos mundos y atrapar su misterio.

Y a esta altura del texto y haber visto sus cuadros ya se habrán dado cuenta que el color es el mundo donde juega a sus anchas, y refleja en los rostros la magia y el misterio de aquel mundo perdido del que todos gozamos, y el prodigio nos muestra en este retablo de ayer,de hoy y de siempre de Doña Jesusita, que nos mueve en el tiempo y nos hace soñar con volver a ser niños.

SCARDANELLI 3 de abril de 2000




Los recuerdos son una suerte de dulzura mórbida …

Simone Signoret tituló su primer libro de memorias "La nostalgia ya no es lo que fue".Con ello intentaba tomar distancias respecto de sí misma y controlar el vértigo antes de asomarse a los abismos de sus recuerdos y no trabarse en las muescas que las vicisitudes de la existencia fueron dejando en la piel de su conciencia. Porque los recuerdos son una suerte de dulzura mórbida, de ansia inconfesada de reviviscencia imposible, de tensión entre lo que uno hubiera querido que fuese y lo que en definitiva realmente consentimos que fuera-o que no supimos evitar.

Esta tensión-siempre dramática- puede desembocar en desesperación tranquila y tornarse en una especie de cinismo cordial (o amargo) o en una melancolía suave y hasta zumbona. Así, el niño que –dice el tópico- todos llevamos dentro va añadiendo calidades("sfumatture"dirían en Italia) y difuminaciones a lo vivido y evocado, a modo de paracaídas que amortigüen el contacto con la realidad. Vamos, pues, contándonos nuestro propio cuento para usarlo como instrumento o como vehículo de aproximación o de alejamiento de lo inmediato, de lo que vivimos, para seguir viviendo.



la tarde


En este punto, el artista goza de algunas ventajas respecto del simple mortal, ya que, según sea cual fuere la actividad que desarrolle, siempre desempeña el papel de médium de lo real, tanto para sí mismo como para los demás. Un intermediario impertinente, implacable. Intransigente… o amable, tolerante, sabedor de que en ciertos momentos un exceso de tensión o de angustia puede precipitarnos a un vacíoirremontable. En todo caso, siempre ha de ser hilo conductor del pasado (el individual y el colectivo) con el presente, no para que éste tenga sentido, sino tan sólo para que tenga suelo; se trata de poner el empedrado, no de abrir caminos ni de justificar o demonizar el pasado. Se trata en definitiva de mantener el "discurso", la identidad de uno mismo en el marco más objetivo; lo que es desde lo que uno ha venido siendo.

Una especie de catarsis incruenta, aliviada de la propensión fagocitadora que llevaría a la neurosis; una búsqueda del equilibrio en el interior de nuestra conciencia individual y colectiva, recuérdese el cuentacuentos de las plazas públicas en, Marruecos o el papel de los mitos y la epopeya.

Más no se trata de ir tan lejos o de volar tan alto. A veces, nos defendemos de no sabemos muy bien qué recurriendo a nuestra propia intimidad, la que fue y la que es. Convertimos esa intimidad en instrumento de comunicación y en cayado con el que pisar y apartar los guijarros del sendero. En ocasiones, conseguimos elevar a categoría esa intimidad esgrimida y aireada. Lo hace el artista; lo hace Jesusa Quirós. Pero, para obtener un resultado, es preciso que el creador, el artista nos haga cómplices, nos implique en su discurso tácito, que nos envuelva en los algodones de nuestra propia memoria y nos traiga al punto que él ha escogido para compartir su visión de la realidad.

Jesusa Quirós hace esto acompañándolo de un guiño suave de ironía cariñosa, tratando de que ese encuentro, esa toma de tierra de la nostalgia recobrada no tenga nada de traumática, sino que se produzca con ligereza y que, poco a poco, vayamos abriendo la vieja alacena y saquemos de ella aquellos momentos y aquellos objetos que nos hicieron sentir, endosando al mismo tiempo la piel que nos envolvió entonces.

Ahora bien, para que este viaje alcance su destino, conviene cuidar los materiales, los instrumentos y la técnica. Y también aquí acierta plenamente. Puesto que este viaje es una suerte de ensoñación, y los sueños carecen de perspectiva, los personajes y las situaciones que va plasmando Jesusa se nos muestran en una atmósfera especial, que no es atmósfera; en un marco en el cual debemos nosotros crear la perspectiva, encender o apagar las luces y escribir la letra y la música de las canciones y el texto de los diálogos. En una palabra, los cuadros de Jesusa son las ilustraciones del cuento que ella nos invita a escribir, o a recordar, arrancándonos una sonrisa o dejándonos un poso leve de alegre añoranza. Es una hermosa manera de contribuir a hacernos más felices, siquiera sea por un instante.

JUAN ANTONIO MATESANZ



Entre cuento y leyenda

A Jesusa Quirós

jesusa quiros
La reina de corazones duerme en casa de muñecas
Y del baúl de los sueños
Saca hipocampos y abalorios de boda.
El ratón Mickey es el mago del circo
Que cabalga en aviones que no tienen motor,
Y el rey de los locos en púrpura pinta
Zepelines enanos para gatos perversos.
Un botones de hotel,
Casi negro azabache que no mide dos palmos,
Sobrelleva la carga de valijas de cuento,
Para aquellos que quieran
Ser cantantes de jazz que a la luna enamoran,
O vespino con cuerda cual robot metafísico,
O el autómata sabio tras beguinthebeguin.
Un tambor de hojalata va gritando la letra
Que no dicen los libros y el que sabe lo oculta,
Simple juego de iconos tras la infancia perdida,
Realidad inventada entre farsas y búsqueda
De colores antiguos más allá del recuerdo,
Construcciones de mundos donde todo es posible
Que quimeras acallan las Vanitas del hombre

Encarnación Pisonero





CUANDO LO LÚDICO ES PASIÓN

Cada cuadro de Jesusa Quirós podría inspirar una escenificación fantástica, dada la carga potencial de sus personajes y su entorno: de su dama de noche y día que emerge de las aguas; del joven que airea en pleno campo sueños de adolescente o el torero que brinda al redondel. Sin embargo... poco diríamos con ello del auténtico protagonista de su hacer que es la pintura pura. Pintura enfebrecida de color, impulsiva en la exigencia de colocar aquí, un azul intenso junto a un negro y poco más allá, un rojo sobre amarillo, o un verde entre violetas. Colores puros, en equilibrada conjunción, desafían la mirada complaciente y buscan hacer partícipe al contemplador de la batalla que libran entre yuxtaposición y complementariedad, para concluir en una superficie de expresividad gozosa que se ciñe a una composición no rigurosamente controlada.

Forma y color se arriesgan en una aventura que, como tal, conlleva riesgos e incertidumbre. La artista abre su mundo ante el soporte y ejerce como sacerdotisa de un juego misterioso del que posee las claves sin saberlo. De ahí el capricho de la línea en redondear contornos ampulosos como en fijar piruetas, rostros y figuras sorprendentes. Primero, el lápiz tratara de dar cuerpo a una idea e ira fijando trazos, silueteando formas hasta dejar que poco a poco, intervenga el pincel degradando la intensidad de un azul o un amarillo, salpicando pequeñas manchas, permitiendo que un color admita a otro en su proximidad o se filtre en él, casi por casualidad. Después vendrá la sorpresa de comprobar hasta que punto forma y color establecen un pacto de entendimiento sobre la superficie del cuadro.

La pintora obedece a estímulos que necesita concretar y se sitúa por encima del plano en cuyo trasfondo permanecen sus vivencias. En sus pinturas se inscriben figuras monumentales y rotundas, junto a personajillos que gozan de su propia presencia y hay una ventana abierta a la Naturaleza, el mar, el árbol, el río o la nube, que permanecen majestuosos en el silencio de lo estático. La imaginación teje un discurso que tal vez pueda parecer ajeno a toda lógica, pero fantasía y razón no son extrañas aliadas, e incluso la segunda se sirve de la ironía y de la ambigüedad para hacer bajar los humos a la primera.


la toillete


Hay en la exposición algunas piezas-objeto, trabajadas a partir de trozos de madera quemada o de otros materiales orgánicos, que la artista transforma y a los cuales permite que se encaramen algunos de sus personajes. No resulta el hecho nada de extraño, dado que viven su vida en la misma libertad en la que han sido concebidos y pueden la pintura por su sangre y a ella deben su existenincursiones a su antojo. Jesusa Quiros les permite travesuras sabiendo que volverán a la pintura de la que salieron porque fluye. Disfrutemos con ellos y con los increíbles campos de color que habitan. Solo nos queda añadir que, en esta ocasión, la imaginación creadora, en nada supera a la categoría pictórica. Una y otra brindan los frutos que recoge esta muestra.

Rosa Martínez de Lahidalga De la Asociación Española e Internacional de Críticos de Arte




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JESUSA QUIRÓS

Nace en Madrid y trabaja en la misma ciudad.

Realiza estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, Escuela de Artes Aplicadas, Círculo de Bellas Artes, Mueso de Reproducciones Artísticas e Instituto Nacional de Restauración.

Trabaja con dos grupos de teatro experimental, representando obras de Llopis, Arrabal, Beham y Becket.
Realiza varias exposiciones individuales en las Galerías Abril, Durero, Orfila y Ra del Rey.
Ilustraciones para un cuento de Álvaro Cunqueiro y para el Quijote de la ciudad de Marbella.
Participa en Expo-Art 77.
Expone en Arco 87 con la Galería Orfila y toma parte en el "Homenaje a Picasso" en el Lavoir de Mougin, Francia.
Seleccionada para la Bienal de Arte Contemporáneo Ciudad de México en 1988.
En 1990 participa en la exposición "El Prado más allá de la Vanguardia" que fue inaugurada por la Infanta Dª Elena, en el Patio de la Cultura de Tabacalera en Madrid y se vió en Córdoba, Torrelodones y Villalba.
Al mismo tiempo y durante un año trabaja con los pintores Carlota Cuesta y Alberto Gironella en un experimento pictórico " a tres pinceles" sobre Frida Kahlo en el que uno de los pintores empieza un cuadro que es continuado por los otros añadiendo o quitando los elementos que corresponden a su visión de la obra. Resultando espectacular por las diferentes enfoques, pinceladas y técnicas.
Es miembro fundador del "Grupo Puerta del Sol" que realiza exposiciones en Madrid, galerías "Ra del Rey", "Faunas", "Santa Bárbara", "Hospitalillo de San José" en Segovia , "La Casa del Siglo XV", en New York "Galería Art Albany", en Avilés, Córdoba y Barcelona.
Es seleccionada para la Bienal de Arte de Zamora de 1991, la Bienal de Arte Contemporáneo de Florencia de 1997 y, en el 2000, para la exposición de arte contemporáneo español en la Fundación Jon David Hooney de Chicago, Estados Unidos.
Participa en las Ferias de Arte de Santander, Valencia, Barcelona, Salamanca, Marbella, Mallorca, Toulouse (Francia), Roma y Turín (Italia) y Oporto (Portugal). Y en el 2012 en La Haya (Holanda).
Participa en la Galería Ra del Rey de Madrid, en la exposición Ensayo general sin vestuario, en el 2008, del colectivo de artistas de la galeria.
Con este mismo colectivo, participa en el 2010, en la exposición Cajas mágicas, y en la exposición anual de formato 20X20, en los años 2010, 2011, 2012 y 2013.
Sus últimas exposiciones individuales son "Cuadros para soñar despierto" en el año 2000 y "Personajes Imposibles" en el 2006, ambas en la Galería Ra del Rey de Madrid.
En Valladolid en el 2008. Galeria de la Fundacion Segundo y Santiago Montes
En Leon en el 2009. Galeria Sardon
En Salamanca en el 2010. Galeria Artis
En Madrid, en el 2011, exposición individual, en la Galeria Ra del Rey. llamada "Juego de Damas"
En Madrid, en el 2013, exposición individual, en la Galería Ra del Rey, llamada "Tiempo en fuga"


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